Córdoba en patineta

Pablo Lista Santiago Canén Nazario Páez Ferreyra Agustín Cano Román Garabano

Al mundo del skateboarding lo incorporamos hace 20 años bajo la influencia que la cultura norteamericana ejerció en los años noventa en nuestro país. Hoy es practicado incluso en los pueblos más recónditos del interior de nuestra provincia. Su creciente popularidad hizo que este deporte extremo de nicho que se practicaba puertas adentro y en recintos preparados, traslade su escenario al espacio urbano. Es lógico pensar en este cambio de locación ya que cualquier actividad masiva encuentra asilo en el espacio público. 

Es así que a lo largo de los años las calles se poblaron de patinetas, cada quien con su premisa: realizar una actividad deportiva, recrear una práctica más vinculada a sus orígenes —una performance nocturna y fugitiva que utiliza a la ciudad como escenario y pone a prueba las habilidades adquiridas, o bien responder a la necesidad genuina de desplazarse por la ciudad.

"Placer" (Confort Mag, 2017)

La práctica del skate llevada a la ciudad encuadra perfecto en cualquier modelo de movilidad sustentable: es un móvil compacto, liviano y portable ideal para promover un urbanismo de distancias cortas. A la vez también enciende muchas preguntas, como por ejemplo si las superficies de nuestra ciudad están preparadas para este tipo de desplazamiento, cuán compatible es con otros medios de movilidad, entre otras.

Esta conversación narra el camino de la incorporación del skate a la agenda urbana de la ciudad de Córdoba y delimita ciertas lineas de acción para optimizar a futuro su integración en el espacio público.

Foto: Santiago Canén (2021)

PABLO LISTA

Pablo Lista es arquitecto egresado de la UNC y a través de su afición por el skateboarding ha desarrollado tareas de gestión y proyecto para legitimar la práctica del skate en el espacio urbano: Junto a la Asociación Cordobesa de Skate en tareas de proyecto y gestión, y también de manera privada en su estudio SP Skate Parks (Superficies de Placer).

Su práctica resulta de interés ya que involucra un modelo de movilidad sustentable aplicable a nuestra ciudad.

—¿Cómo surge el skateboarding?

El skate surge en California— a raíz de una gran sequía en la década del 70 muchas casas de vacaciones quedaron deshabitadas. Allí es que muchos surfers que ya venían "barrenando" bajadas con tablas de skate (similares a las de surf, con el agregado de trucks y ruedas de poliuretano) se colaban en las casas de a grupos para hacer uso de las "olas de cemento" de las piscinas vacías.

La naturaleza del skateboarding es la calle, su interpretación— una idea que surge de ver que una parte de la ciudad se puede transformar en una prueba, un obstáculo, una maniobra. Requiere mucha concentración y conectar el cuerpo con el espacio.

—¿Cuándo empezó a tomar peso esta temática en Córdoba?

En 2012 se armó una movilización para pedir por un skatepark público en Córdoba, eramos alrededor de 1500 personas en la calle, cruzamos toda la Yrigoyen. Fuimos muchos skaters de Córdoba autoconvocados para pedirle al Estado nuestro espacio institucionalizado, para no andar en la calle. Así fue que se juntaron las voluntades; la del Gobierno Provincial del mandato de De La Sota y la del Estado municipal, en ese momento a cargo de Mestre, quien concesionó el uso de un predio de alrededor de 3000 metros cuadrados dentro del parque Sarmiento. La Asociación Cordobesa de Skate (ACS) hacía ya un año que venía trabajando para lograr la construcción del proyecto. Uno de mis amigos, Franco Miranda, patinador y abogado, es quien juntó todos los puntos, se encargó de hacer sinapsis y dijo: “Vamos a hacer una Asociación de skateboarders para poder dialogar con el Estado”

Hoy me toca oficiar de project manager desde la ACS y trabajar en conjunto con quien necesite nuestra ayuda. Esta acción también está enmarcada en un programa impulsor de obras de equipamiento para deportes extremos que se llama Córdoba X y que se divide en tres federaciones: tierra, agua y aire. Nosotros formamos parte de la de tierra, que clasifica los rodados desde 56 milímetros hasta la bici que tiene 300 milímetros.

Parque del Kempes, "Skatepark, Bikepark, Circuito mixto" (2017-2018)
Gobierno de la Provincia de Córdoba, Agencia Córdoba Deportes CBA X, Asociación Cordobesa de BMX, Asociación Cordobesa de Skateboarding.

-Equipo: Arq. Pablo Lista, Ing. Emiliano Tissera, Rodrigo José Vidales, Arq. Tomás Bravo, Mario Seveso.
Fotos: Diego Brondo, Agustín Cervai, Diego Tedeschi, Santiago Iribarne Wynne

Hemos podido construir pistas en muchas localidades. Acá en Córdoba hicimos una en el Parque Sarmiento y otra en el Parque del Kempes. Son de uso masivo así que faltan pistas por todos lados. Está la pista del Parque de las Naciones donde muchos aprendimos a patinar, pero es una pista chiquita que ya está deteriorada, tiene más de 15 años, está venida abajo. Hicimos cuatro proyectos más de skateparks para los Parques Educativos: Norte, Sur, Este y Oeste. Están los proyectos ahí, ojalá se consiga el financiamiento. Cada vez hay más gente que patina y quedan re chicas las pistas. En Buenos Aires hay una por barrio. 

—Entendiendo que el skate aún está en proceso de ser un vehículo reglado por el código de tránsito, ¿cómo ves la posibilidad de consolidarlo como medio de movilidad?

En muchas ciudades, desde los mismos municipios se hace hincapié para promover la movilidad de tracción a sangre. Lo tienen entendido de esa manera. Acá si te ven con la patineta o el monopatín sos el “loquito”, los taxistas nos odian.

Sucede que somos una ciudad que todavía no ha sacado a la relucir cuestiones contemporáneas que en otros lugares ya son hábito. En ciudades como Londres o Copenhague el gobierno abre las puertas a los laboratorios de diseño y convocan a patinadores arquitectos a que formen parte de la mesa y de la agenda de diseño urbano de las ciudades.

Acá eso no sucede, el diseño urbano no está contemplado de manera integral, y por eso es que ponen un banco de cemento al que lo rozás con la bici o con el skate y se marca, cuando podrían poner el de piedra (que obviamente es más caro…) Bajo ese esquema las calles se construyen y los patinadores consecuentemente las usan— algunas cosas se gastan, otras se rompen, algunos materiales no están preparados para esto y otros sí.  La calle no siempre está adecuada, y es ahí donde aparecen los espacios exclusivos como los skateparks.

Skateplaza en Villa Carlos Paz (2017-2018)
Arq. Pablo Adolfo Lista - Ing. Emiliano Tissera - Asociación Cordobesa de skate - Asociación Cordobesa de BMX
—Pensando en la incorporación de la patineta a los sistemas urbanos existentes, ¿es compatible con la bicisenda?

Yo creo que sí. Si hacés un corte en el que ubicás de manera decreciente al bondi, al flete, a los autos, etcétera, ves que la bicicleta y la patineta entre ellas tienen una escala parecida en contraposición con los otros medios de transporte. Son rodados similares. Sin embargo hilando más fino el skate tiene una escala parecida a los monopatines y a los rollers; las mismas ruedas. El skate tiene 85 centímetros, la rueda 56 milímetros, andar en skate es como surfear. La bicicleta en un sentido estricto ya es más grande y un golpe entre riders es un tema, por que la bicicleta pesa bastantes kilos, el skate es más minimalista, más suelto. Hay una especie de disputa territorial con quienes andan en bici, porque la bici tiene otra tecnología a diferencia del skate que es algo súper liviano.  

—Tal vez lo que se necesite sea un ancho mayor, bicisendas más amplias. ¿Qué otra característica habría que contemplar para pensar el sistema en conjunto con el diseño de los espacios públicos?

Continuidades, rampas. Espacios urbanos sin cortes. Por otro lado, entender cómo está compuesto un skate: Es una lámina de madera con ruedas de poliuretano y ejes con aleaciones metálicas. El solado y el mobiliario urbano van a estar en contacto con la madera, con el acero y con el poliuretano. El poliuretano y la madera, pueden marcarlos un poquito. Ahora, el metal los lima. Si se sabe que algo va a ser patinado a las narices de todos los contornos se les suele realizar un chaflán para que no queden a 90 grados, o sino se coloca una nariz metálica para que se lo pueda grindear.

En cuanto a patinar en el espacio urbano, lo natural es la libre interpretación del espacio. Obviamente, no le vas a ir a hacer un fifty al cantero nuevo de una casa. Hay que tener sentido común. A lo mejor podemos ir a patinar a un lugar que vimos que tiene un filo, que tiene un hormigón fuerte que no se va a romper. 

Soy de los que piensan que se puede hacer mucho con poco— elegir las baldosas apropiadas, por ejemplo. En Francia la vereda está hecha prácticamente toda de cemento alisado, no ponen baldosas. Está bien, son economías gigantes. O España que es toda de piedra perfecta, y bueno, sale carísimo. 

Necesitamos ser contextuales con lo que nos está pasando, con nuestra economía, con nuestra mentalidad. No soy de los que creen que "Europa está bien y nosotros estamos mal". Hay que encontrarle la vuelta de rosca, hacer cosas con lo que tenemos disponible pensando en proyectos de economía circular.

Por ejemplo, venía en bici para acá y veía los predios de los trenes, ¿Cuántos perfiles hay tirados ahí? Veo que por todos lados hay hormigón, metal, aluminio tirado... Imaginate juntar todo eso, te haces 5 pistas de skate en Córdoba. 

Skateplaza Parque Educativo Sur, Anteproyecto (2017)
Asociación Cordobesa de Skate - Arq. Pablo Adolfo Lista
—¿Qué materiales y elementos típicos se disponen en una plaza de skate? ¿Qué consideraciones hay que tener para que algo sea patinable?

Los skateplaza parten esencialmente desde una losa que tiene pliegues positivos o negativos. Si son positivos, vas a saltar, cuando son negativos, vas a tomar impulso, porque cuando bajás una rampa vas con toda. Cuando tengas pliegues negativos se va a juntar el agua, entonces vas a tener que poner una descarga pluvial— Pero básicamente es una losa de 10 centímetros, de hormigón armado H25 para arriba, con los últimos 3 milímetros alisados. Se puede patinar en distintos pisos, hay baldosas en las que estás más proclive a caerte, otras que son más patinables.

Toda la perfilería que ponemos tiene 10 centímetros de ancho. Ahora, si vas a hacer una pista de skate donde también se va a andar en bici, el perfil tiene que ser de 15 centímetros, porque si pones el de 10, el pedal de la bicicleta raya el hormigón y lo levanta. Las chapas tampoco pueden ser de un calibre muy delgado, sino que tienen que ser de 3 milímetros para arriba. 

Muchas pistas que vemos en otras ciudades incorporan piezas de la ciudad irónicamente incrustadas como obstáculos artificiales en la pistas, por ejemplo un banco de plaza, alguna pieza de metal.

El obstáculo más famoso del skateboarding es la picnic table— la mesa de picnic que sale en ET, en todas las películas norteamericanas. Esa mesa tiene una altura perfecta para patinar. Hay un patinador arquitecto que se llama Daniel Yabar, es catalán. Hace skateparks pero no son de cemento, los hace con piezas de la ciudad: piedra, granito, hay obstáculos con adoquines. Es más similar a la calle, parece una imitación de un pedacito de ciudad.

—¿Cómo se vinculan las plazas de skate con el resto de los programas en el espacio público?

La pista marca un adentro y un afuera, es taxativa, es un recinto— más aún si la enrejan. Tratamos siempre de generar zonas híbridas, disponer los metros cuadrados en zonas intermedias.

Podés poner un lugar donde te puedas colgar, hacer ejercicio, otro para que la gente se siente, puntos con luz, con Wi-Fi, para que se filmen. La arquitectura tiene que ofrecer posibilidades.

En el caso del Kempes, en las pistas que tienen canteros la gente va a tomar mate y nunca falta algún desvío de pelota, pero hay que dar esa posibilidad porque sino ese recinto es un gueto, poca gente se acerca por curiosidad. En cambio, si existen estas zonas intermedias, sí.

Por otro lado, el skate es una práctica donde encontrás todas las clases sociales, todo tipo de gente. Las pistas, al igual que las calles, se comparten y cada cual las interpreta a su manera.

Foto:
Foto: Santiago Canén (2019)

El skate es un programa urbano que tracciona muchos otros usos. Es compatible con cualquier actividad de tracción a sangre o que involucre ejercicio al aire libre. Córdoba es un lugar lleno de jóvenes haciendo deporte y desplazándose. El razonamiento de muchos es “Uh estos están en skate todo el día, me rompen cosas, vamos a hacer un skatepark”. También sucede en municipios más chicos que son los propios intendentes los que apuestan a proyectos orientados al público jóven “Hacemos calles hace cien años, hagamos algo nuevo”.

Te ves involucrado en un trabajo de gestión política que nunca cesa, y al unir los puntos muchas veces toca renegar con la burocracia. En cualquier caso hay que pararse desde la técnica e ir con propuestas para poder pedir espacio o una silla en la mesa— Hay feedback, pero aún hay muchísimo trabajo por hacer.